Epilogo
En el 2007 el gobierno de la República Mexicana dispuso la aplicación del Programa Nacional Escuela Segura a través de la SEP, como respuesta a las condiciones de violencia, delincuencia y adicciones que existen dentro y fuera de los planteles escolares que ponen en riesgo los procesos tanto educativos como de salud e integridad de los alumnos.
Una Escuela Segura es la que promueve ambientes escolares, que fomentan la cultura de la prevención y donde la comunidad escolar se asume corresponsable de la integridad de todos sus alumnos e integrantes, a la vez que se compromete con su mejoramiento continuo.
En una escuela segura las acciones emanan de la participación colectiva y vinculan a diferentes niveles de autoridad, compartiendo las experiencias e impulsando procesos formativos en la cultura de la prevención.
El objetivo primordial del Programa "Escuela Segura", es el de impulsar y fortalecer una cultura de la prevención entre los alumnos de primaria y secundaria, así como acciones que contribuyan a prevenir situaciones de violencia, delincuencia y adicciones en el ámbito escolar; para garantizar la integridad física y la formación de los alumnos para la vida.
En relación con las acciones en este programa, sin duda el punto mas importante, es sobre el trabajo preventivo, por lo que el Presidente de México propuso realizar exámenes para detectar el uso de drogas en alumnos de primaria, secundaria y preparatoria. Se propuso algo que ya se venía manejando desde hace tiempo: antidoping en las escuelas.
En México el Presidente destacó: Habrá una revisión permanente del estado de salud de los alumnos para detectar cualquier adicción y actuar de inmediato, no para castigarlos, sino para ayudarles a resolver ese problema. "Asimismo, informó que dicha medida forma parte del programa "Limpiemos México" que se aplicara en planteles privados o públicos que lo soliciten y tengan la autorización de consejos escolares integrados por padres de familia, maestros y autoridades.
La Secretaría de Educación Pública precisó que se mantendrá el respeto al derecho de los padres de familia para decidir sobre sus hijos y sobre las pruebas de antidoping: "Serán exámenes que contemplen nutrición, detección de enfermedades crónico-degenerativas y prevención en el sentido mas amplio. Además en materia de consumo de droga, si los padres lo determinan. Será la interlocución del Consejo de Participación Escolar quienes decidan el mecanismo de los exámenes de salud."
Las pruebas de antidoping se aplican de manera aleatoria y consisten en solicitar al alumno una muestra de orina para ser analizada por un laboratorio clínico. Estas pruebas pueden detectar cinco tipos de drogas: marihuana, cocaína, anfetaminas, metanfetaminas, así como todos los derivados de los opiáceos.
Sin embargo, existe un debate sobre la aplicación de las pruebas de antidoping dentro del ámbito escolar, ya que estamos hablando de menores de edad. Los que están a favor de la aplicación de estos exámenes, afirman que reducen las posibilidades de que los alumnos se inicien en el consumo de drogas, o bien, que los jóvenes pospongan lo más posible su experimentación con ellas.
Los que están en contra de esta acción, argumentan que el antidoping resulta ser una violación a la intimidad y a los derechos de quienes son examinados, además de que se corre el riesgo, que aquel estudiante que dé positivo en la prueba quedará estigmatizado y rechazado socialmente; y en muchas ocasiones, hasta expulsado del plantel.
A pesar de que por mucho tiempo las escuelas se resistieron a los programas preventivos que incluían el realizar pruebas antidoping a los alumnos, hoy día existen varias escuelas que utilizan dicha estrategia, aunque esta no es bien vista por la Comisión de Derechos Humanos, por considerarla como una invasión de la privacidad.
Mi sugerencia para las instituciones educativas que decidan implantar dicha medida, es el que cuenten con la autorización de los padres (sin presionarlos a aceptarla), así como de un reglamento que sea del conocimiento de los estudiantes, en el que se especifique que ellos están obligados a realizarse exámenes de detección de drogas, cuando la institución se los requiera. Asimismo, se tendrá que incluir en dicho reglamento las medidas que el plantel tomará con aquellos alumnos que den positivo.
Quiero hacer hincapié, en que las escuelas que realicen el antidoping, deberán tener claro que el objetivo para aplicarlo siempre tendrá que ser el de prevenir las adicciones y por tanto deberán contar con las herramientas necesarias para canalizar a los alumnos que lo requieran. Asimismo tendrán que diferenciar al joven que esta experimentando con algún tipo de droga, de aquel que la consume en forma regular. Al detectar a los alumnos con problemas de adicciones o en situación vulnerable, tendrá que estar capacitados para proporcionarles la ayuda psicológica, así como el apoyo que se requiera para su rehabilitación.
Aquellas instituciones educativas que apliquen la prueba de antidoping, deberán integrar dicha acción como parte de un programa preventivo integral y no como una medida aislada; trabajando siempre en conjunto con los padres de familia y la sociedad civil, en busca del respaldo del gobierno para el desarrollo de políticas efectivas. Se deberá proteger la integridad de los alumnos, buscando siempre ayudarlos mas no evidenciarlos.
Sin embargo yo me cuestiono: ¿Dentro del Programa Nacional "Escuela Segura", en dónde quedó incluido el personal educativo además de los estudiantes: directivos, docentes, psicólogos, trabajadores, padres de familia? Ya que educamos con el ejemplo y los educadores somos personas significativas y modelos a seguir para los alumnos, considero que todo aquel que forme parte del ámbito escolar, debería recibir el apoyo y la canalización adecuada, en el caso de presentar un problema de consumo de drogas.
Otro aspecto que no podemos pasar por alto, es el hecho de que el narcomenudeo y el consumo de drogas, son problemas íntimamente ligados que acechan cada vez más a nuestros jóvenes. No olvidemos que para que la oferta de droga crezca, tiene que existir un aumento en su demanda El principal peligro radica en que los vendedores de droga acechan a nuestros niños y jóvenes en sitios donde supuestamente éstos tendrían que estar seguros, como lo son las escuelas y sus alrededores, los parques y centros recreativos.
Es por eso que en las escuelas deberán organizarse campañas de concientización y prevención para docentes, trabajadores sociales y orientadores, así como organizar a los padres de familia para que entre todos compartan la responsabilidad de llevar a cabo las medidas convenientes para que los estudiantes no caigan en las drogas o en la delincuencia. Así, conjuntamente, podrán instituir programas de vigilancia tanto en las escuelas como en los lugares cercanos, con el fin de evitar la venta y distribución de drogas.
Un aspecto que es de llamar la atención, es lo que reveló una encuesta de la Secretaría de Educación Pública, donde señaló que:
4 de cada 10 estudiantes de las principales ciudades del país, han visto físicamente algún tipo de droga. Han visto la cocaína, han visto la marihuana, conocen como son algunas drogas sintéticas, ya sea porque las trae algún compañero o alguno otra persona en la calle cerca de las escuelas.
2 de cada 10 estudiantes, han visto o saben que algunos de sus compañeros portan navajas, cuchillos o incluso pistola.
Por otro lado, los datos resultantes de las encuestas promovidas por el sector salud, revelan que la prevalencia de la experimentación con drogas en la población de los adolescentes, así como los factores de riesgo asociados, son de carácter individual, social y educativo.
Entre los factores relacionados con el ámbito escolar, se ha establecido que la probabilidad de experimentación con drogas se asocia con el ausentismo, la deserción, el bajo rendimiento académico, con la desaprobación de directores y maestros, así como también con la dificultad de relacionarse con los padres. Se ha comprobado que cuando existe una buena relación del alumno con el entorno escolar, esto le brindará una alta protección ante el consumo.
Si uno de los fines de las instituciones educativas es la socialización, y los conflictos y las diferencias entre las personas forman parte forman parte de nuestras relaciones sociales, el sistema educativo debe asumir, que ese proceso de socialización incluya el hacer frente a los problemas de convivencia, y el aprender a resolverlos de forma pacífica y cooperativa. Se debe promover por tanto, no sólo el desarrollo de competencias cognitivas, sino también sicoafectivas y emocionales.
EL desarrollo de las habilidades sociales o "habilidades para la vida" están íntimamente relacionadas con los objetivos fundamentales de las escuelas, como la formación para la democracia, la educación para la paz y los derechos humanos; la prevención de la violencia y la creación de climas institucionales pacíficos y saludables que favorezcan una buena convivencia escolar. Por ello resulta necesario privilegiar la implementación de estrategias de prevención vinculando permanentemente los criterios de convivencia escolar democráticos con los sistemas de normas y valores que imperan en la sociedad.
Es bien sabido que la prevención de la violencia y la resolución de conflictos están interrelacionadas, por lo que los sistemas educativos han comenzado por combatir la violencia escolar con programas enfocados a la resolución de conflictos (Programas de Mediación Escolar). Estos más que ser programas preventivos y reactivos, vienen siendo proactivos de carácter integral, que impactan en toda la comunidad escolar en técnicas de negociación integrativa y procesos de resolución de conflictos interpersonales.
Un Programa de Mediación Escolar es un enfoque de resolución de conflictos en el cual a personas seleccionadas (maestros, personal de apoyo y estudiantes) se le adiestra en los principios y habilidades fundamentales de resolución de conflictos y en el proceso en el proceso de mediador para convertirlos en interventores neutrales y facilitadores que asistan a otros para encontrar una solución a sus conflictos.
En el ámbito escolar, la mediación, no solo podrá ser entendida como un modo de resolución de conflictos, sino como una metodología de enseñanza, en la que se privilegia la comunicación interpersonal, en todos sus niveles, posibilitando la reflexión y el pensamiento complejo
La mediación, entendida como un proceso comunicativo en torno a valores, trasciende los límites de la escuela para instalarse en la familia y en la comunidad entera. Asimismo su aplicación en el ámbito escolar, no se reduce a solucionar los conflictos intraescolares, sino que nos lleva a la prevención de estos.
EL salón de clases es un espacio de convivencia, por tanto es común que en él se generen frecuentes conflictos interpersonales. La actitud que tome el maestro en su intervención ante éstos, será determinante para lograr que las dificultades se conviertan en situaciones propicias para logar el aprendizaje. Si los conflictos se canalizan de forma adecuada, se producen cambios positivos en el seno de los centros educativos.
Indudablemente la función del maestro hoy día ha cambiado poderosamente, de ser solo el trasmisor del conocimiento, hoy, su papel adquiere otras dimensiones: la de mediador y formador. Hoy, el centro del aprendizaje es el alumno y el maestro tiene como función la mediación pedagógica entre el conocimiento, el medio y el alumno.
El entrenamiento de los estudiantes en la resolución de conflictos no sólo ayuda a la escuela a convertirse en un lugar ordenado y pacífico con educación de calidad, sino también mejora la enseñanza. Al desarrollar el trabajo cooperativo, la comunicación, la tolerancia, la expresión positiva de los sentimientos, técnicas de negociación, el proceso de la mediación, el saber dar y recibir críticas constructivas, la toma de decisiones, habilidades de acertividad, etc., estaremos propiciando la cultura de paz dentro de la comunidad escolar.
Más aún, una acción que ha dado muy buenos resultados en el terreno de la prevención de las adicciones, ha sido formar jóvenes que estén interesados en materia de mediación y en la reducción de la demanda de drogas; al producirse un efecto multiplicador dentro de su entorno.
Es entonces mi propuesta como parte de todo programa cuyo objetivo sea fortalecer una cultura de la prevención entre los alumnos, el formar a jóvenes como agentes sociales comunitarios de prevención de adicciones, al dotarlos de habilidades y competencias para la organización y desarrollo de actuaciones preventivas (actividades de tiempo libre, intervención e situaciones de riesgo, difusión de los recursos comunitarios para el tratamiento de las adicciones, actividades informativas y formativas, búsqueda de información, etc.) en su medio habitual (instituto, universidad, asociaciones deportivas, culturales, etc.), realizando actividades de mediación entre sus compañeros (jornadas informativas, encuestas, debates, etc.) que pretendan la prevención de situaciones de riesgo como el consumo de drogas, tanto legales como ilegales, y otras conductas adictivas.
Debemos todos unir fuerzas, hacia una misma meta: La promoción de la cultura de la prevención. Esto lo lograremos con acciones tendientes a crear ambientes que coadyuven a prevenir e inhibir la violencia, la delincuencia y las adicciones, y que permitan que las escuelas se transformen en organizaciones con ambientes armónicos y seguros.
Tanto padres como maestros desempeñamos un papel crucial en esta ardua tarea que es el fomentar la cultura de la prevención: educando a nuestros jóvenes y promoviendo en ellos una vida libre de drogas.
¡Prevenir es educar!